Creo
que no es secreto para nadie, y tanto los que me conocen, como los
que me están conociendo a través de este blog, sabrán que mi
momento más especial, fue el nacimiento de mi hija: De mi Azulita.
Antes
que ella llegara a mi vida, yo era una persona gris, no era nada
feliz. Viví un gran año de depresión, a pesar de que yo conocía
bien muchos elementos psicológicos, que bien pudieron ayudarme y
salir un poco adelante. El problema era que en ese momento, yo no era
feliz. Arrastraba conmigo muchas situaciones del pasado, mucho
resentimiento, rencor, y hasta intento de suicidio.
No
podía dejar atrás (aún lo intento) muchas situaciones negativas
que tanto yo como mi familia estábamos viviendo, eso es algo que he
querido contar y transmitir en mi historia de Almas Perdidas, como un
poco para liberarme, de todo lo malo que nos sucedió y todas las
consecuencias que tanta maldad trajo consigo.
Cuando
una noche salía muy cansada de mi trabajo, conocí a un muchacho muy
noble, que a pesar de mi depresión me hizo sonreír. No es fácil
que me hagan sonreír, porque yo soy de un humor negro, soy muy
irónica y sarcástica al mismo tiempo.
La
vida te brinda momentos felices, y David, (Alejandro, en Almas
Perdidas) vino a señalarme el camino de luz, me llevó de nuevo al
amor misericordioso de Dios, del que yo había huido. Y aunque yo no
he podido sanar muchas heridas, no he podido olvidar muchísimas
cosas. Él ha estado ahí para apoyarme. No sólo como pareja, sino
como amigo. Porque yo me he vuelto mala, creo que me volví así por
tantas cosas que antes me hicieron. Pero estoy luchando, créanme,
quiero cambiar, y dejar atrás los daños. No he aprendido a perdonar
y siento que odio, odio a quien hizo daño a mi familia.
Así
que, el 24 de Agosto del 2012, cuando nació mi hija, las cosas para
mí fueron muy diferentes. Me dedico a cambiar por ella, veo las
cosas de diferente manera, ahora no sólo me importa mi vida, sino
también la de ella. Su bienestar, su felicidad, su armonía y su
equilibrio en todo aspecto.
Después
de tanta tormenta, ella es mi arcoiris, mi cielo azul, mi sol en los
días nublados. Amo a mi hija con una inmensidad que no puedo
describir.
Esta foto fue tomada en el Hospital, cuando ya nos habían
dado de alta. Azulia tenía dos días de nacida.
Ese mismo día en el hospital, cambiándola para irnos a casa.
En casa de los abuelos
Primer mes de vida, y la mamá contenta pero muy cansada.
Muchos momentos felices con mi hijita
Ella, mi principal felicidad