Creí que no volvería a escribir, supongo que es parte de mí y siempre será así. Estoy perdiendo mucha de la fuerza y de la inspiración que alguna vez tuve. Pero sigo viva. En estos días he sentido y vivido mucho dolor, que creí que nunca viviría. En este doloroso proceso de vida perdí a mi hijo recién nacido, al que esperé por ocho meses. Lo vi nacer y pronto se fue. Dios así lo quiso me dijeron. Y yo solo lloré y lloré como nunca. Enterrar a un hijo es un dolor indescriptible. Los hijos que se quedan sin madre les llaman huérfanos, pero yo que soy? Si he perdido a mi hijo.
Dios me dará la fortaleza que siento perder. Y tengo que ser fuerte por mi hija.
Viendo el mundo a través de mis ojos
Hace 10 años