Si
tuviera que contar toda mi historia, no sabría ni cómo empezar. Creo que
después de agosto del 2015 en adelante tuve que afrontar todas las
consecuencias, no de mis actos en sí, sino de cosas de la vida o del destino. Las
cosas malas que sin querer vamos viviendo y uno las tiene que tomar así como
vienen, aunque duelan. Me he hecho más fuerte, a pesar de que quizá hubiera
podido derramar un montón de lágrimas, pues me las tuve que tragar y seguir
adelante, viendo un camino muy difícil de seguir. Aún estoy en ello, sin perder
la fe continúo.
Quizá
tenga que reconstruir el rompecabezas o empezar con uno nuevo. Perdí un montón
de cosas, perdí mucho, pero conservé lo que más amo, y eso me reconforta más
que todo lo perdido. Hay gente que no sabría cómo vivirlo, yo lo tuve que vivir
por vivir, porque así era y quizá así será.
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