Después de la histeria viene la calma. Nada malo pasa, estuve de vacaciones, de días lindos de descanso. La verdad ya lo necesitaba, a veces uno da más que los demás en el trabajo. Yo no pierdo mi tiempo en chismes ni críticas hacia los demás, yo hago lo mío. Además, después de los días difíciles que pase, pues no tenía ganas de abrir ni escribir en los blogs. Escribir también es disciplina, pero necesitaba estar conmigo misma y con mi hija. No hay mucho que contar, fueron días en casa, en el vivir rutinario, pero exceptuando venir a laborar. Olvidé el mundo laboral y me sumergí en mis labores domésticas, en atender a mi hija, en brindarle tiempo, ese tiempo que a veces invierto en venir a trabajar y que ella se queda en casa de su abuela.
Tuve otros días de experiencias paranormales o anormales jeje, ya no sé. Sólo puedo decir que creo en Dios y no dejaré que nada me perturbe como hace tiempo me pasó, que ni dormir podía.
Las cosas en el trabajo marchan... me gusta venir los domingos a trabajar, pero me molesta que como no hay jefes, los achichincles se la pasen hablando cuando el jefe no está. No suelo ser así, la verdad es que, más que equipo de trabajo pues defiendo lo mío, no me gustan los chismes, muchos menos aguanto los hombres chismosos, a las viejas se nos da, pero ellos qué quieren, se ven realmente mal.
En fin, paciencia, necesito paciencia y hacer lo mío, el mundo que siga rodando...
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