Hace
días ya que tenía la intención firme de escribir, pero como me
ocupo con cosas de trabajo (y escribo desde mi trabajo, cuando hay
una oportunidad) pues era difícil y complicado. En ocasiones sucede
que quiero escribir sobre un tema en específico y pierdo la
concentración y no logro escribir nada y se quedan sólo como
pensamientos esperando con paciencia a ser sacados a la luz. Es
diciembre ya, se ha pasado los meses volando... he pensado mucho
sobre lo vivido en el año, cosas buenas y malas, pero me quedo con
lo bueno, porque lo demás hace daño. He tenido que hacerme a la
idea de no esperar tanto de las amistades... (que uno cree amistades)
porque luego no hay amistad sincera, esta la persona que te elimina
del Facebook porque quiere cerrar ciclos y avisa con estados que va a
ir eliminando gente no deseada, cuando te das cuenta, perteneces a la
gente no deseada, en fin, sólo espero que a ella no le hagan lo
mismo... están las dizque amigas que no tienen nunca tiempo para
verte, que a la mera hora salen con cualquier pretexto, en fin, estoy
tan cansada de eso, tan decepcionada, sumamente decepcionada, que esta
vez me despido de eso, me despido de estar esperando de más de la
gente que yo consideraba amigas o amigos. Le brindaré mi amistad a
quien me de lo mismo, que sea equitativo. Valoraré más a mis papás,
a mis hermanos, a mi sobrinito, a mis abuelos, a mis amigos (pocos),
a mi pareja, a mi hijita linda, y sobre todo a Dios. Lo demás es
caso cerrado y no resuelto, pero así lo dejaré. Hay dos etapas de
mi vida que he tenido que sanar, una, la etapa de mi matrimonio
fallido, fue una etapa de dolor, de mucho dolor, de llorar hasta el
cansancio, por esperar lo que nunca llegó, el amor cambia, y el amor
se termina, no hay que confundir el amor y la costumbre, porque son
dos cosas muy distintas. Recuerdo que constantemente estaba
deprimida, intentaba llenar un vacío y luego esta el fingir, el
fingir con tus propios padres que todo está bien, que uno vive
feliz, cuando al cerrar la puerta y dar la vuelta, no puede uno
contener las lágrimas. Y seguir con un matrimonio que no va a llegar
a nada, que sólo tuvo el camino de la destrucción. Por fortuna me
di cuenta, ya que hay personas que quizá vivan y vivirán un
matrimonio fingido. Otra etapa deprimente para mí, fue mi
adolescencia, entre 14 y 16 años, era una típica adolescente
solitaria, a la que veían 'raro'. En aquel entonces yo no contaba
con ninguna amiga, recuerdo que todo lo que tenía que contar o decir
lo escribía en mis diarios. Me provocaba enfermedades, me faltaba el
aire, me enfermaba por cualquier cosa, vivía en el mundo de los
libros y eso al final de cuentas me provocó depresión. Hasta que
uno se da cuenta y te sales del hoyo o ahí te quedas, hasta que
decidí salir de eso. Todo esto viene a mi memoria porque hace días
me sentí así, me sentí sola, yo trabajando casi la mayor parte del
tiempo, mi hijita con su abuela y no tengo a quien contarle mis penas
o mis angustias porque esas amigas, son amigas falsas, y prefiero
estar sola o conocer gente nueva que me de la oportunidad y darle yo
también la oportunidad, que a veces creo que soy muy selectiva. Me
ha sorprendido también que por Facebook (híjole, realmente eso de
las redes sociales ya no me está gustando) una compañera de la
universidad está pasando por un mal momento, y la verdad, sentí
horrible, porque uno sufriendo por cosas insignificantes, por las
malas amigas, y ella teniendo un gran dolor. Me sensibilicé
muchísimo, no soy muy buena para dar el pésame, la verdad es que
siento que sólo metería la pata. Pero espero que Dios y su
familia le ayude a superar esta situación tan fuerte. El mundo es
tan caótico, hace falta tanta espiritualidad, hay tanto vacío que
nada material puede llenarlo. Y la verdad, es que, soy tan criticona
con lo que pasa en la actualidad, con la política, con las reformas,
con la economía, que la mercadotecnia, la tecnología, blablabla,
debo dejar de lado todas las cosas estúpidas y valorar el momento,
valorar la vida, vivir (no sobrevivir) realmente vivir, brindarle
tiempo de calidad a mi hija, educarla, enseñarle el camino, a que
viva feliz y que sea un ser humano feliz.
Hace
semanas leí en un blog unas palabras que me identificaron, decía
que hay dos formas de escribir: “La escritura de lo que pienso y la
escritura de lo que siento”.
Lo
anterior no lo pensé, realmente lo sentí, lo que siento es lo que
prevalece. Y espero que aunque sea haya alguien que me lea, decirle
a través de la escritura a invitarlo hacer a un lado lo que estorba,
los pensamientos también estorban, hacer a un lado todo lo negativo
y sentir, sentir el amor en las diversas formas que se nos presenta,
dar amor a los nuestros, y a Dios.
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