6:09
p.m.
Extraño
sensaciones. Momentos de intensidad, momentos de alegría. No sé si
en realidad fui feliz, creo que siempre esperé algo, pero ese algo
no es lo que todos ponen en una palabra, jamás la englobé en algo
particular, no en una persona, ni un objeto, ni en un futuro, sino en
ese “algo” que se me dificulta expresar, más difícil escribir.
Tengo
rastros en mi memoria, de interminables días de sol, de ese viento
que esparcía mi cabellera, siempre larga, adorno de mí. Había
tantas dudas en mí que esperaban ser respondidas, respondidas no por
alguien en específico sino por la propia vida, por el transcurso del
tiempo.
* * *
9:11
p.m.
Hace
unas horas salí de mi trabajo en mi hora de comida, esperaba el
camión Ruta 67, pero se me pasaron dos al momento de buscar la
morralla, y un taxi pitó, así que le hice la parada, me subí, le
dije que me llevara a la calle Juárez y 5 de mayo, necesitaba
comprar unas cosas para mi hijita. Le pagué, me bajé. Me sentí
ajena, entre toda la gente que caminaba por la banqueta al llegar a
Hemsa. Sentí esa naúsea que creí que había dejado atrás. Quizá
siempre sea así, mi esencia es la misma de unos años atrás. No
pertenezco a ningún lugar. Y a veces entre las calles me siento
extraña. Por algunos años ese fue un apodo que me puso un compañero
de la Facultad. Y me quedaba a la perfección.
Buscaba
algo en particular, pero decidí no comprarlo, no lo vi tan necesario
a última hora. Había muchas personas haciendo compras, por el día
de las madres. No entiendo porque o quién inventa eso de los días
de... sabemos a la perfección que es mercadotecnia, pero por
desgracia, las mismas madres ya están predispuestas a recibir. Ya
esperan algo de los hijos, así que todo mundo contribuye a crear
“los días de”...
Surgen
recuerdos como flashazos, de un ayer inconcluso, de algo que no se
dio. Pero siempre estuvo ahí, al menos lo intenté. El chocolate y
la lluvia me dirán algo, después, después será sólo olvido.
El amor también es olvido...
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