En una tarde de sol, Elisa se
levantó sin prisa, pues era sábado, quería estar más tiempo bajo las sábanas,
pero no se demoró más... y sintiendo lo fresco del suelo, bajó escaleras y fue
a la cocina a prepararse algo para comer. No era raro sus levantadas tardes,
pues su reloj biológico estaba al revés. Su hermano Eddy se había ido a jugar
futbol con sus amigos, así que sin él la casa estaba muy tranquila. Alexa jugaba
con los gatos en el patio trasero. Comió rápidamente el sándwich que se había
preparado. Subió de nuevo a su cuarto y escuchó tras la puerta del domitorio de
sus padres una gran pelea, gritos y palabras, algo que no entendía. No era raro
que sus padres pelearan, pues constantemente lo hacían. Pero ese día algo
escuchó, y la dejó perpleja. Apoyada sobre la puerta para ver si escuchaba más
claro, escuchó, lo que no quiso haber escuchado jamás. Pero irónicamente, lo
que escuchó lo olvidó. Lo olvidó de inmediato. Su hermana Alexa le preguntó que
había escuchado, pero ella no se lo pudo decir, pues en realidad lo había
olvidado. Quiso enterrarlo en su inconsciente, enterrarlo para siempre. Su
memoria está presente, puede recordarlo casi todo a la perfección. Es obsesiva
con sus recuerdos. Presume de tener buena memoria. Pero en aquella tarde
soleada de abril, su olvido se hizo presente. Quiere tratar de recordar lo que
tanto daño le hizo, pero no ha podido. Su alter ego tampoco lo recuerda... Pero
sus padres iban a divorciarse.
Para leer más duetos visiten a Neo
en su blog.
14 comentarios:
Tal vez fue demasiado traumatico para recordarlo. Pero el divorcio de sus padres es un indicio de que fue.
Saludos.
El shock que nos produce una gran impresión, un hecho indeseado, tiene el gran poder, inexplicable, quizás, de hacernos alterar la memoria hasta el punto de borrar definitivamente lo que deseamos nunca haber tenido que escuchar o presenciar. Terrible trance el de tu personaje que debe, tarde o temprano, lograr enfrentar ese momento traumático.
Un abrazo y gracias por participar.
=)
La memoria a veces juega a nuestro favor.
La memoria y el olvido a veces juegan a nuestro favor.
La memoria y el olvido a veces juegan a nuestro favor.
Buen relato, Azulia.
Una terrible noticia para tu protagonista. No quizo aceptar la realidad y decidio guardar silencio en el olvido. Tarde o temprano tendra que enfrentarse a ese recuerdo.
Saludos
Buen relato, Azulia.
Una terrible noticia para tu protagonista. No quizo aceptar la realidad y decidio guardar silencio en el olvido. Tarde o temprano tendra que enfrentarse a ese recuerdo.
Saludos
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Hay voluntad en la decisión de no aceptar aquello que no podemos resistir saber. A su tiempo.... pero el tiempo de tu protagonista ahora es negar, olvidar....
Traumático tono el de tu relato, en esta dualidad de opciones.
Un abrazo jueverísimo.
Mucha intriga en esa verdad que tristemente saltó a la luz en una riña familiar. No se siempre se piensa lo que se dice, y lo que es aún peor, no siempre se piensa cuándo y frente a quién se dice. Dicen la que la memoria es selectiva. sin dudas, en este caso, lo fue. Tu relato sabe como dejarnos especulando entre tantas verdades posibles.
Besos!
Gaby*
Me ha gustado mucho...
Para ella tuvo que ser tan duro... Hay cosas que mejor no recordarlas, porque duelen; pero es tan difícil conseguirlo...Aunque con un choque grande, quizá se consiga lo que hizo Elisa...
Muchos besos
Qué bueno leerte Azulia. Me gustó tu relato, donde se juega con los traumas ocasionados y el manejo de nuestro inconsciente. Tarde o temprano tendrá que recordar lo que escuchó para poder superar el trauma. Un beso.
El olvido es un mecanismo de defensa para nuestra mente, para evitar que suframos tanto dolor, sin embargo, tarde o temprano tiene que salir a la superficie.
Buen relato Azulia!
Un beso
Supongo que un mecanismo de defensa se abrió en su cerebro, de manera que aquello que le hacía daño lo olvidase al instante.
Una historia que pasa más a menudo de lo que quisiéramos.
Azulia, no sé si tienes un virus; pero hasta ahora no te he podido leer porque me salía un letrero y aunque picaba cancelar, salía un twiter, y si picaba aceptar salía otra cosa.
Un abrazo
Un texto que nos lleva al dilema de la no aceptación de lo que no nos gusta o nos da miedo. Algo intuía Elisa que le daba tanto pánico que lo distanció de su mente, olvidándolo tal vez para siempre.
Interesante relato.
Besos
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