Y sin siquiera propónermelo, estaba ahí, en la estación del tren. Intentado escapar, sin destino, sólo escapar. Me senté justo del lado izquierdo, viendo por la ventanilla, las luces por doquier. Es de noche. El viaje es largo, rumoroso, nostálgico. No quiero echar la vista atrás, sería como regresar. Escapo de mis fantasmas. Mi equipaje es ligero, pero me pesa el alma. Veo árboles desfilar a través de mi ventana, ruedan por mis mejillas centenares de lágrimas, más callo sufrimiento y sé que habrá luz de nuevo en este camino, un rincón de paz y amor para mí.
Me enteré muy tarde de la convocatoria juevera, qué pena, pero así es... tengo muchísimo trabajo, así que no suelo escribir algo tan corto, pero estoy tan límitada con el tiempo... Aparte, no sabía quien sería el anfitrión, creí que sería Demiurgo. Pero en fin....pasen a leer más viajes en tren con Susana: http://esperanzapiahimura.blogspot.com.ar/ Saludos para todos los jueveros y los que por casualidad pasan por aquí...
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5 comentarios:
Corto, si lo es. ¿Pero sabes? Has escrito con tanto sentimiento, que haces tocar lo más profundo con la magia de tus palabras.
Saludes
Gracias YESSY. Un Abrazo
Muy efectivo, poetico.
Lamento haberte producido esa confusión, es que no sabía que había alguien elegido.
Me gustó mucho lo que escribiste.
Huídas repentinas... o mejor dicho necesarias. A veces dudo, de que alejarse uno sea realmente el modo de tomar distancia de lo que nos aqueja, pues nuestro bagaje de dolores y penas, seguro vendrán inmersos en uno, pero también es cierto, que alejarse de lugares donde la memoria tiene su cuota de recuerdo constante, es una gran salida, a menos de comienzo. Un relato breve, pero intenso en el sentir.
Besos!
Gaby*
En pocas palabras dijiste tanto!!! Seguro ese viaje tendrá un destino de luz. Un beso.
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