Era
una tarde soleada, una suave brisa recorría cada lugar
de la casa, se levantó al escuchar el canto de los pájaros que ya
habían anidado en la terraza, a ella no le molestaban, le parecía
un espectáculo maravilloso cada vez que los veía andar. Misifú no
era una simple gata, se había convertido en un miembro más de la
familia, tanto es así, que le habían asignado un lugar en la mesa,
donde ella mostraba sus buenos modales. No sólo se le había
domesticado, sino era tanto amor que le brindaban que ella era feliz,
una gatita muy feliz. Llegó ahí a los pocos días de nacida,
alguien con mal corazón la había abandonado a ella y a sus tres
hermanos en una desastrosa cajita de cartón, muy cercana a un gran
árbol que había en el campo. Elisa, una niña de 9 años,
acompañaba a su mamá a la tortillería, cuando de repente escuchó
unos maullidos. A la madre de la niña no le gustaban los gatos, pero
Elisa junto con su hermanita Alexa la habían convencido con sonrisas
y caras de ternura para poder darle refugio a cuatro gatitos bebés.
Desde que Elisa tomó entre sus manos a aquella gatita de ojos verdes
la magia se produjo en ellas, una especie de lazo las unió desde
aquellos días en que para la niña esa gatita tierna era su
preferida. Misifú la llamó, pero de cariño sólo le llamaba Misi,
para que fuera más corto. Pasaron los años, la niña y la gata eran
inseparables. Elisa sentía tristeza dejar a Misi sola durante las
mañanas cuando ella salía a la escuela, pero sabía que pasarían
toda la tarde y noche juntas. Cuando Elisa tenía 12 años, Misi
acostumbraba dormirse en la cama, cerca de los pies, sintiéndose
tranquila con su ama escuchaban la radio por las noches, desde música
rock en españo, rock en inglés y relatos de terror, de un programa
que se llamaba La Mano Peluda. Todas las noches, de 10 a 12,
escuchaban relatos de terror de la gente que llamaba a la radio, a
veces les ganaba el sueño y otras se quedaban al final. Misifú era
inseparable, ahí estaba al pie del cañón con su ama, a la que
adoraba y le lanzaba miradas de ternura y felicidad. Una noche,
cuando Elisa terminaba de apagar la radio, las ventanas se cimbraron,
hubo mucho viento, la energía eléctrica se corto, y el cuarto se
abrió de manera sorpresiva, como si alguien la hubiera abierto, pero
ésta estaba cerrada. Elisa sintió miedo, y quiso esconderse tras las
cobijas, pero la curiosidad hizo que se levantara y fue a investigar,
su gran sorpresa fue ver en el pasillo una silueta muy alta, una
especie de charro negro estaba parado al final del pasillo. Elisa
corrió al cuarto y tembló abajo de las sábanas. Misifú también
corrió tras de ella. Ambas vieron algo paranormal, alguien las había
visitado. No era un relato de La Mano Peluda, ahora ellas habían
vivido su propio relato... (Esta historia continuará...)
Más historias de mascotas con Charo
16 comentarios:
Nos dejaste con la intriga.
Me hiciste acordar a las escenas de La momia, de Brendan Fraser, donde el villano, con poderes malignos, huye espantado ante la presencia de un gato.
Interesantísimo relato. Me gustaron mucho tus protagonistas. Estaré pendiente de la continuación.
Saludes
Me atrapo, espero ansiosa la continuación.
Cariños...
Veremos como continua esta historia de miedo...
Un beso.
ay! qué susto me has dado Azulia! pero bueno, también despertaste mi intriga, así que esa continuación se espera con ansias (una aventura? un sueño? una falsa impresión?) qué curiosidad!
Besos y gracias por otorgarme el premio Dardos, ya lo colgué en mi entrada!
Gaby*
Uhhh...qué miedo!...suerte para ellas que la menos no están solas, se tienen una a la otra!
=)
Horror, terror y pavor.
Vaya, nos dejas con un continuará, esperaremos impacientes. Besos.
Eso es sadismo, dejarnos con la intriga de la continuación e esta historia, es inhumano.
Un abrazo.
Me has provocado un escalofrío. Tu relato está vivo. Lo has conseguido! Como el resto, quedo a la espera de la segunda parte.
Un abrazo.
Pues a ver como continua, e he quedado con la incógnita, menos mal que tenía a su gatita para no sentirse sola.
Un abrazo
Lo que comenzó como un cuento tierno, lleva camino de una espeluznante historia de terror, veremos el desenlace.
Besos.
Quiero saber como continúa... me quedé con la intriga!
Espero que Misi y Elisa no corran peligro.
Un beso!
¡vaya misterio! me quedé muy intrigada, ¿qué será eso con lo que se toparon? me imagino a Mici con el pelaje de punta y la niña con ojotes bien abiertos. ¡cuénetanos qué pasó! ¡creaste un gran suspenso!
¡saludos Azulia!
jeje, gracias chico, me dio mucha risa lo que me dice Pepe, que es sadismo, n'mbre para nada, ando con tiempo recortado... por si no se han dado cuenta.... estoy escribiendo el principio....desde donte quiero contar.... en mi blog novela ALMAS PERDIDAS....de ahí parte la historia de Elisa y claro, su gata Misifú... no soy cruel..... Este... sólo era un extracto... por el tema juevero.... en realidad es una historia muuuuuyy larga... ya escribí la sinopsis y el capítulo I....
Gracias a todos si leo todos los comentarios... pero a veces el blog no se pone de mi parte...
Publicar un comentario