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jueves, 27 de marzo de 2014

Este jueves, un relato: ¡A Volar!


Todos algunos vez hemos soñado con volar, ser tan ligeros y libres como un ave y volar en un cielo azul contemplando las nubes. Alguna que otra vez me he soñado volando y cuando caigo, veo que he aterrizo en el piso al lado de la cama. También he querido ser una bruja y volar en una escoba en una noche de luna. Pero son sólo eso, sueños, de poder volar, y no precisamente en un avión. Se me ha venido a la memoria, una película ochentera, The Boy Who Could Fly, de 1986, sí, la ví hace mucho, de género comedia-drama sobre un niño que podía volar. Eric Gibb, un niño huérfano y autista, sus padres habían muerto en un accidente de avión, y eso lo había ensimismado. No hablaba, en algunas escenas sólo se comunicaba con la mirada y con las lágrimas; se la psaba haciendo aviones de papel. Una niña llamada Milly llega junto con su madre y su hermanito a vivir cerca de Eric. Cada persona tiene un problema que afrontar. Entre Milly y Eric nace una amistad. Eric está obsesionado con poder volar, se sienta en una ventana de la segunda planta y practica movimientos de vuelo, con tanta concentración que llegara a parecer creíble. Y deja que pensar, que si algo se quiere se puede.





Su sueño era volar

con las alas

de la libertad,

y no mirar nunca más

hacia atrás.

Volar...

cruzar lugares lejanos

entres sueños

de algodón.

El alma vuela libre

porque libre es el amor

que hay en nuestro corazón.

Entre viento y nubes

vuela el corazón de Gibb,

en trayectos desconocidos

siguiendo la luz,

entre tierra y cielo

escapa de un mundo de encierro.






Para más leer más vuelos con Alberto V.



7 comentarios:

LAO dijo...

Tu imaginación vuela alto y lindo Azulia. Me gustó mucho!! En todo el contenido....

Gaby* dijo...

Bien has enlazado el recuerdo de aquella película al tema propuesto. Tu poema le acompaña, recrea el deseo del protagonista y nos anima, a no renunciar a nuestros sueños. Tal vez no tengan alas propias, pero no dejan de ser un aliciente para empujarnos a ir por aquello que queremos.
Besos!
Gaby*

Toni dijo...

Una composición muy tierna. Me ha gustado mucho.

Un beso!

Anónimo dijo...

El motor que da alas a nuestros deseos de volar, deseos ancestrales en el corazón del ser humano, es nuestra imaginación. Gracias a ella somos capaces de trasladarnos a los más hermosos lugares de la Tierra. No es lo mismo que volar físicamente pero no es un mal sucedáneo.
Un abrazo.

Sindel Avefénix dijo...

Las ilusiones son alas que nos impulsan a volar hacia nuestros sueños y nunca hay que perderlas.
Un beso.

Charo dijo...

Querer es poder! eso se dice...Se puede volar de muchas maneras, solo hay que tener imaginación.
Un beso

Alberto V. dijo...

Preciosas palabras amiga Azulia. Es cierto que el cine es un gran recurso para quienes intentamos escribir de vez en cuando, como yo. Muchas gracias por haber participado en mi primera convocatoria juevera!!

Un beso grande.

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