Todos
algunos vez hemos soñado con volar, ser tan ligeros y libres como un
ave y volar en un cielo azul contemplando las nubes. Alguna que otra
vez me he soñado volando y cuando caigo, veo que he aterrizo en el
piso al lado de la cama. También he querido ser una bruja y volar en
una escoba en una noche de luna. Pero son sólo eso, sueños, de
poder volar, y no precisamente en un avión. Se me ha venido a la
memoria, una película ochentera, The Boy Who Could Fly, de 1986, sí,
la ví hace mucho, de género comedia-drama sobre un niño que podía
volar. Eric Gibb, un niño huérfano y autista, sus padres habían
muerto en un accidente de avión, y eso lo había ensimismado. No
hablaba, en algunas escenas sólo se comunicaba con la mirada y con
las lágrimas; se la psaba haciendo aviones de papel. Una niña
llamada Milly llega junto con su madre y su hermanito a vivir cerca
de Eric. Cada persona tiene un problema que afrontar. Entre Milly y
Eric nace una amistad. Eric está obsesionado con poder volar, se
sienta en una ventana de la segunda planta y practica movimientos de
vuelo, con tanta concentración que llegara a parecer creíble. Y
deja que pensar, que si algo se quiere se puede.
Su
sueño era volar
con
las alas
de
la libertad,
y
no mirar nunca más
hacia
atrás.
Volar...
cruzar
lugares lejanos
entres
sueños
de
algodón.
El
alma vuela libre
porque
libre es el amor
que
hay en nuestro corazón.
Entre
viento y nubes
vuela
el corazón de Gibb,
en
trayectos desconocidos
siguiendo
la luz,
entre
tierra y cielo
escapa
de un mundo de encierro.
Para más leer más vuelos con Alberto V.
7 comentarios:
Tu imaginación vuela alto y lindo Azulia. Me gustó mucho!! En todo el contenido....
Bien has enlazado el recuerdo de aquella película al tema propuesto. Tu poema le acompaña, recrea el deseo del protagonista y nos anima, a no renunciar a nuestros sueños. Tal vez no tengan alas propias, pero no dejan de ser un aliciente para empujarnos a ir por aquello que queremos.
Besos!
Gaby*
Una composición muy tierna. Me ha gustado mucho.
Un beso!
El motor que da alas a nuestros deseos de volar, deseos ancestrales en el corazón del ser humano, es nuestra imaginación. Gracias a ella somos capaces de trasladarnos a los más hermosos lugares de la Tierra. No es lo mismo que volar físicamente pero no es un mal sucedáneo.
Un abrazo.
Las ilusiones son alas que nos impulsan a volar hacia nuestros sueños y nunca hay que perderlas.
Un beso.
Querer es poder! eso se dice...Se puede volar de muchas maneras, solo hay que tener imaginación.
Un beso
Preciosas palabras amiga Azulia. Es cierto que el cine es un gran recurso para quienes intentamos escribir de vez en cuando, como yo. Muchas gracias por haber participado en mi primera convocatoria juevera!!
Un beso grande.
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